¿Perder peso realmente ayuda con el tratamiento de la diabetes tipo 2?

Jesús Spinola
CEO

Existe un vínculo muy estrecho entre la obesidad y la diabetes tipo 2. Se estima que el 90% de las personas diagnosticadas con diabetes tipo 2 en México también son obesas. La prevalencia de una condición sobre la otra es sumamente común, sin embargo, antes de continuar es importante recordar que la diabetes es una condición multifactorial, o sea que además del sobrepeso, factores como la predisposición genética y estilo de vida juegan un papel muy importante para propiciar su aparición.

El día de hoy hablaremos de un tema que es muy común dentro del tratamiento de la diabetes tipo 2: la pérdida de peso. Te contaremos un poco más a profundidad porque la obesidad y la diabetes están relacionadas, además de presentarte información adicional que deberías tener en cuenta para llevar un tratamiento efectivo de tu condición.

El vínculo entre obesidad y diabetes tipo 2

Recordemos que la diabetes tipo 2 es una condición crónica que se desarrolla a lo largo de varios años y es diagnosticada usualmente en una etapa más avanzada de la adultez, y la causa principal de esta es la resistencia a la insulina. Las razones por las que el cuerpo responde con mayor dificultad a esta hormona se puede deber a una o dos cosas. 

En primer lugar, la producción de insulina. Es posible que el páncreas no pueda producir insulina suficiente que ayude a mantener los niveles de glucosa estables, lo cual propicia que constantemente el cuerpo esté en un estado de hiperglucemia. Si estos niveles no se controlan y el páncreas no está produciendo suficiente insulina, entonces aparece la diabetes tipo 2. 

Pero, ¿qué tiene que ver esto con la obesidad? El exceso de tejido adiposo alrededor de la cintura impide que el páncreas pueda realizar sus funciones correctamente, dificultando que se produzca la cantidad adecuada de insulina y alterando el funcionamiento metabólico.

¿Perder peso o perder grasa?


Antes que nada, recordemos que el peso corporal está compuesto por varios componentes, incluyendo grasa, músculo, hueso, agua y otros tejidos. La pérdida de peso puede ser causada por una disminución en cualquiera de estos componentes. Por ejemplo, cuando alguien comienza una dieta restringida en calorías y hace más ejercicio, es posible que pierda peso, pero puede perder tanto grasa como músculo. 

La pérdida de músculo es preocupante, ya que este es metabólicamente activo y quema más calorías en reposo que la grasa. Además, la pérdida de músculo puede reducir la fuerza, la función física y la densidad ósea. Por eso, es importante recalcar que en el tratamiento de diabetes tipo 2 lo más importante no es “bajar de peso” solamente, sino reducir el porcentaje de tejido adiposo (grasa). 

Para evitar la pérdida de músculo y propiciar la pérdida de grasa, es importante crear un plan de ejercicio y alimentación que contemplen las necesidades individuales de cada persona.

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Más allá de concentrarnos en lo que indica la báscula, el enfoque para controlar nuestra diabetes debe concentrarse en nuestro estilo de vida. Llevar una alimentación balanceada que ayude a satisfacer las necesidades de nuestro organismo y mantenernos físicamente activos, son dos pilares fundamentales para un tratamiento efectivo de diabetes. Además, recuerda acudir con tus especialistas periódicamente para verificar que todo esté en orden. 

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