El mal manejo de la diabetes tipo 2 puede afectar nuestro cerebro; conoce por qué

Jesús Spinola
CEO

El cerebro es el centro de mando del cuerpo humano y el órgano que más energía requiere para funcionar de manera adecuada. Necesita por lo menos la mitad de toda la energía que todo el cuerpo ingiere en forma de azúcar para funcionar correctamente. Cuando los niveles de glucosa están desequilibrados, el funcionamiento del cerebro se altera y con ello las funciones del resto del cuerpo. Este desequilibrio puede llevar a problemas con la memoria, el aprendizaje y deterioro lingüístico. 

En este artículo hablaremos sobre los riesgos al cerebro cuando los niveles de azúcar presentan tanto picos altos (hiperglucemia) como bajos (hipoglucemia) y las consecuencias que estas fluctuaciones pueden tener en el funcionamiento cerebral. 

El cerebro durante la hiperglucemia

Si bien, mencionamos que es necesario de un determinado nivel de energía (azúcar) para que el cerebro funcione adecuadamente, esto no quiere decir que más azúcar en nuestro sistema beneficia al cerebro. La hiperglucemia no muestra signos de manera inmediata, así que es complicado saber en qué momento el azúcar está elevada a niveles que pongan en riesgo el funcionamiento cerebral.

Es normal que con el paso de los años haya cierto deterioro en nuestras funciones cognitivas, como la retención de información y/o la capacidad para concentrarnos. La Imperial College de Londres publicó un estudio donde se monitorearon 5 mil participantes a lo largo de 2 años para comprobar si existía alguna relación entre los niveles altos de azúcar y un deterioro cognitivo a largo plazo. 

Los resultados del estudio mostraron que el deterioro cognitivo progresa más rápidamente en los pacientes con diabetes de tipo 2 y también en aquellos que mantienen niveles de glucosa relativamente altos en su organismo a pesar de no vivir con diabetes. 

Sin embargo, es importante señalar que aunque el estudio establece una relación entre los niveles elevados de glucosa y el deterioro cognitivo, esto no significa que vivir con diabetes conduzca a un deterioro cognitivo prematuro.

El cerebro durante la hipoglucemia

Normalmente un episodio de hipoglucemia dura unas cuantas horas y se trata de forma sencilla.  El porcentaje de azúcar en la sangre puede reducirse consumiendo ciertos alimentos o administrando insulina. Aún no hay estudios suficientes que demuestren que la hipoglucemia tenga efectos a largo plazo en la función cerebral. Pero, se ha demostrado que la disminución constante de los niveles de azúcar puede estar relacionada a problemas de memoria, capacidad de concentración e incluso depresión. 

Si el cerebro no recibe suficiente azúcar, no tiene el oxígeno necesario para funcionar correctamente. Cuando esto ocurre, el funcionamiento de todo el cuerpo se ve comprometido y se manifiestan los síntomas más comunes de la hipoglucemia como lo son los mareos, la irritabilidad y los temblores corporales. Si los niveles bajos de glucosa no son tratados a tiempo, pueden llegar a causar desmayos, convulsiones e incluso un coma diabético. 

¿Qué es un coma diabético?

Un coma diabético es un trastorno mortal que causa la pérdida de conocimiento. Si tienes niveles peligrosamente altos de glucosa en la sangre (hiperglucemia) o los niveles peligrosamente bajos de glucosa en la sangre (hipoglucemia), esto puede provocar un coma diabético.

Al entrar en un estado de coma diabético, continúas vivo, pero no podrás despertarte ni responder voluntariamente a imágenes, sonidos u otros tipos de estímulos. Un coma diabético que no se atiende puede provocar la muerte. 

El tipo de tratamiento a seguir depende de si el coma ha sido causado por una hiper o una hipoglucemia. La primera requerirá líquidos intravenosos para tratar la deshidratación, mientras que la segunda requerirá una inyección de glucagón, que es una hormona que aumenta los niveles de azúcar en la sangre.

Monitoreo y prevención

La mejor cosa se puedee hacer para prevenir cualquier tipo de complicación cuando se vive con diabetes es implementar una alimentación balanceada y una rutina de ejercicio en la vida diaria. También es recomendable manejar el estrés, no beber alcohol y dejar de fumar. Es también importante recordar que hay que monitorear constantemente los niveles de glucosa en la sangre para evitar los picos altos y bajos de azúcar que puedan resultar en una hipo o hiperglucemia.  Si no se recibe atención médica para cualquiera de las dos condiciones, a largo plazo puede dañar seriamente las funciones cerebrales.

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