¡Adiós al dolor!: Guía para inyección de insulina que toda persona con diabetes debe conocer

Jesús Spinola
CEO

Para muchas personas con diabetes tanto tipo 1 como tipo 2, el tratamiento con insulina forma parte esencial de su plan de cuidados. 

Sin importar el tipo, la función es siempre la misma: regular los niveles de glucosa. Otra constante es el miedo o preocupación que personas recientemente diagnosticadas puedan sentir en torno al tener que inyectarse todos los días.Si tú, o algún conocido, están entre esas personas, este artículo les puede servir; aquí compartiremos consejos que pueden ayudar a que las inyecciones de insulina no sean dolorosa. Además, te explicaremos brevemente sobre algunos métodos alternativos para administrarla.

Método tradicional: Inyecciones

El método “tradicional” de aplicación de insulina consiste en pequeñas inyecciones de esta sustancia. Para una aplicación lo menos incómoda posible es necesario tener en cuenta algunas consideraciones. 

Por ejemplo, si bien la insulina debe mantenerse en refrigeración cuando se almacena, es recomendable que antes de aplicarla se adecue a la temperatura del ambiente para evitar incomodidad.

Estos son los elementos que te recomendamos tener en cuenta al aplicar las inyecciones de insulina para hacer el proceso un poco más amigable:

Selección de aguja

Idealmente, la insulina debe inyectarse en el tejido graso subcutáneo y no en el músculo. Esta razón es por la que el tamaño de la aguja que utilices es crucial. La selección del tamaño recomendado varía según la edad, la complexión y las necesidades del paciente, pero usualmente oscila entre los 4 y 6 mm.

¿Dónde inyectar?

Para evitar dolor, los expertos recomiendan aplicar la insulina en áreas que tengan mayor cantidad de grasa que de músculo. Sin embargo, evita inyectarte frecuentemente en el mismo lugar, ya que puede causar inflamación o bultos que hagan el proceso más doloroso y entorpezcan la eficacia de la insulina.  

Entre los sitios recomendados por expertos se encuentran:

  • Abdomen
  • Región posterior de los brazos
  • Muslos
  • Parte superior de los glúteos

La rapidez de absorción dependerá en gran parte de la zona en donde la apliques; el lugar más recomendable es el abdomen.

¿Cómo inyectar?

Una vez que hayas seleccionado la zona y la insulina se encuentre en la temperatura ideal para aplicarse sigue estos pasos:

  1. Lava la zona de inyección gentilmente con agua y jabón antes de comenzar y espera un momento para que se seque.
  2. Pellizca ligeramente la piel para formar un pliegue de 2 a 5 cm de ancho. 
  3. Sostén firmemente la jeringa e insértala rápida y completamente en el pliegue, de manera que forme un ángulo de 90°.  
  4. Inyecta la insulina y espera 10 segundos antes de retirar la aguja de la piel.


En caso de sangrado, presiona suavemente durante unos segundos con ayuda de un algodón y no frotes la zona. 

Métodos alternativos

Si bien la inyección de insulina es una forma común y efectiva de administrar insulina, existen otros métodos que pueden ser más cómodos y menos dolorosos para algunas personas. Estos son algunos ejemplos.

Bomba de insulina

Una bomba de insulina es un pequeño dispositivo computarizado que libera insulina de forma continua durante 24 horas y en dosis muy precisas según las necesidades de la persona. Funciona imitando el funcionamiento del páncreas y es indicado en los casos de diabetes tipo 1 o tipo 2 1.

Plumas de insulina

Por otro lado, una pluma de insulina se utiliza para administrar dosis intermitentes de insulina. La insulina se administra en el tejido subcutáneo, donde actúa para reducir los niveles de glucosa en sangre 2. Existen plumas desechables y reutilizables 3.

Páncreas artificial

Un páncreas artificial es un sistema que combina un monitor continuo de glucosa y una bomba de insulina para administrar automáticamente la cantidad adecuada de insulina en función de los niveles de glucosa en sangre. Este sistema está diseñado para imitar el funcionamiento del páncreas humano y mejorar el control de la diabetes.

¡No te olvides del resto del tratamiento!

Recuerda que el tratamiento para la diabetes tipo 2 va más allá de los fármacos. Asegúrate de llevar un estilo de vida saludable que incluya alimentación balanceada, una rutina de actividad física y seguimiento médico. Si aún no estás llevando un seguimiento, te invitamos a unirte a la comunidad Amae.

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